Testaferros y contradocumentos, cambiar de nombre los bienes

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Leonardo
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Testaferros y contradocumentos, cambiar de nombre los bienes

Mensaje por Leonardo »

TESTAFERROS

¿Sirve “poner las cosas a nombre de otro”? (sobre testaferros y contradocumentos)

En nuestro país, una enorme cantidad de gente “tiene las cosas a nombre de otro” (hablo de los que tienen algo, por supuesto).

Lejos de ser una característica propia de una clase cultural o económica, puede verse éste fenómeno en
personas
de cualquier clase social, motivadas por diversas razones: pagar menos impuestos, ocultarse de los acreedores, beneficiar a determinados familiares, prevenir futuros juicios, etc.

Muchas veces en estas operaciones se hacen “contradocumentos” (hablo de ellos un poco más abajo) que les hacen pensar a los protagonistas que están cubiertos.

En todo caso, con contradocumento o sin él, no deja de sorprenderme la aparente tranquilidad que suele tener la gente en éstos casos, desconociendo completamente los riesgos que se corren.


Para explicar esos riesgos les explico brevemente que dice nuestra ley.

Jurídicamente hablando, “tener algo a nombre de otro” es una simulación, palabra técnica pero que todo el mundo puede comprender.

Una operación es legalmente “simulada” cuando no existe (ejemplo: venta ficticia), cuando existe pero se presenta jurídicamente diferente (ejemplo: venta que en realidad es una donación o al revés), cuando la fecha es falsa, cuando se ponen cláusulas falsas o cuando figuran
personas
que no son las que en realidad participan del negocio (nuestro famoso “testaferro”).

Aunque para nuestra ley puedan existir en teoría las simulaciones “lícitas” (las que no violan la ley ni perjudican a nadie), evidentemente las más comunes son las “ilícitas” (las que, a la inversa, buscan violar la ley o perjudicar a un tercero).

Hay que aclarar que éstos conceptos -violar la ley o perjudicar a un tercero- son objetivos y van más allá de argumentos más o menos emocionales y subjetivos.

Soy más claro: si una persona pone su propiedad o su negocio a nombre de otra para evitar un juicio que lo deje en la calle, está objetivamente perjudicando a un tercero, el acreedor que no puede cobrar, aunque argumente que lo hizo para proteger a su familia (de hecho, los motivos invocados siempre son nobles).

Esta aclaración es importante porque siempre me asombra la cantidad de veces que la gente invoca cuestiones emocionales o subjetivas para explicar que no violó la ley o, incluso, para admitir que sí lo hizo pero que no merece soportar las consecuencias.

Volviendo a lo nuestro, ¿de qué se trata el “contradocumento” del que hablé unos párrafos atrás?

Es un documento escrito en el que las
partes
explican la realidad que está detrás de la simulación (por ejemplo, la persona que vende ficticiamente una propiedad a un amigo, firma un “contradocumento” en el que ese amigo reconoce que no es el dueño real de la propiedad).

Obviamente, el contradocumento se oculta de los terceros a quienes se pretende perjudicar (el Fisco, el acreedor, el ex cónyuge, etc.), razón por la cual las
partes
saben que lo firman ante un eventual conflicto futuro entre ellas.

Entonces… ¿por qué se protege un documento firmado por
personas
que acordaron violar la ley o perjudicar a terceros? ¿por qué no está prohíbido? ¿para qué sirve?

El contradocumento
sirve
sólamente para que alguno de los que lo firmó haga juicio para anular la operación simulada… siempre que no se beneficie!

En otras palabras, la ley protege el contradocumento únicamente para permitir una especie de “arrepentido” (si volvemos a nuestro ejemplo: A simula una venta a su amigo B para no pagarle a sus acreedores, luego B lo traiciona y no se la devuelve; la única opción de A es hacerle juicio a B para que los acreedores se cobren de la propiedad, pero no para que vuelva a su patrimonio).

Como pueden ver, la ley prefiere pagar el alto precio de permitir que se beneficie injustamente un tercero cualquiera (en el ejemplo, B) antes que permitir que se beneficie alguien que violó la ley o perjudicó derechos de terceros (en el ejemplo, A).

Como el contradocumento puede ser usado sólo en estos casos, no
sirve
en ningún caso frente a terceros (en nuestro ejemplo, si a B le embargan la propiedad por deudas personales o se divorcia y le debe dar la mitad a su ex, A –el dueño real- no puede presentar el contradocumento. Igualmente, si se muere B, A tampoco puede presentarlo contra los herederos, salvo para el caso en que se “arrepienta”, como vimos, en el que tampoco gana nada).

Para decirlo bien clarito: el contradocumento no protege de nada.

Como pueden ver hasta acá, la persona que acepta poner algo de su patrimonio a nombre de otra corre un riesgo cierto de perderlo por algunas de las vicisitudes de la vida que vimos hasta acá (traición del testaferro, muerte, divorcio, deudas, etc.)
Aunque a veces las simulaciones son mucho menos elaboradas, no buscan necesariamente perjudicar a nadie y los involucrados ni siquiera son del todo conscientes de lo que hacen, los riesgos son los mismos (algunos ejemplos: el negocio del padre que está a nombre del hijo, el terrenito a nombre de un amigo, el auto a nombre del hermano, etc.)

Es cierto que judicialmente no es tan fácil demostrar una simulación y anular una operación jurídica pero aún así
existen
riesgos de otro tipo por esto de “poner las cosas a nombre de otro”.

Me refiero a cuestiones humanas y de relación que suelen no ser consideradas, como la dificultad que puede sentir una persona para negarse a ser testaferro de alguien, la incomodidad de firmar papeles que no entiende, el riesgo de que ese mismo testaferro empiece a “hacer valer” su posición (exigiendo dinero, endureciendo su trato, etc.) y, en general, el debilitamiento jurídico y de negociación que sufre el dueño real del patrimonio.

Por todas éstas razones, a modo de conclusión y sugerencia personal, creo muy inconveniente “poner las cosas a nombre de otro”.

No quisiera terminar el tema sin hacer algunas reflexiones.

¿Por qué hay tanta gente poniendo sus cosas a nombre de otro?

¿Por qué lo hace gente honesta, inteligente y sin nada que ocultar?

¿Tenemos alguna tendencia casi “genética” a simular y violar la ley?

Humildemente, y aunque el tema es apasionante y da para mucho, no tengo ninguna duda que la gran causa de éste fenómeno es el exorbitante intervencionismo estatal.

Las simulaciones son sólo una de las muchas consecuencias lógicas de un Estado que está permanentemente creando todo tipo de leyes e interfiriendo en todas las cuestiones privadas de los ciudadanos, diciéndoles qué hacer con su patrimonio, su familia, su negocio, su trabajo, su dinero y quitándoles libertad individual para desarrollarse y buscar la felicidad como mejor les parezca.

Este y no otro es el “quid” de la cuestión.
Leonardo
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Re: Testaferros y contradocumentos, cambiar de nombre los bi

Mensaje por Leonardo »

Leonardo Fariña, popularmente conocido como el marido de Karina Jelinek, contó la maniobra financiera con la que Lázaro Báez sacó unos 55 millones de euros del país y los depositó en paraísos fiscales

La denuncia impacta desde el enunciado y golpea de manera contundente por la precisión de los testimonios que la sustentan: un empresario vinculado al kirchnerismo blanqueó millones de dólares y de euros, transfiriéndolos a cuentas en el exterior de sociedades ficticias.

El apuntado es el empresario Lázaro Báez, el mayor proveedor de obra pública de Santa Cruz, quien fue denunciado a través de un informe que fue presentado por Jorge Lanata en su explosivo retorno a la pantalla chica.

La historia fue revelada por Leonardo Fariña, un enigmático contador que se convirtió en una figura satélite de la farándula local a partir de su casamiento con la modelo Karina Jelinek.

A través de una cámara oculta que le realizaron hace 18 meses en el programa Periodismo Para Todos, se develó la construcción de más de 50 sociedades anónimas falsas que permitió armar una especie de ducto, a través del cual el dinero en negro que salía de Santa Cruz iba a parar a cuentas de empresas radicadas en paraísos fiscales.

La función de Fariña en esta presunta cadena de corrupción historia era vehiculizar -como mano derecha de Lázaro Báez- el dinero hacia el exterior, mediante un complejo entramado financiero que beneficiaría a la familia del empresario kirchnerista.

Las operaciones del marido de Jelinek fueron ratificadas en el informe por Federico Elaskar, un hombre que era dueño de una financiera a través de la cual se gestionaba la salida del dinero hacia el exterior.

"Él era el cadete millonario de Lázaro Báez: intermediaba, a partir de nosotros, el envío de decenas de millones de dólares y de euros a sociedades en el extranjero que estaban vinculadas directamente al empresario y sus hijos, Martín y Leandro", detalló el financista.

"Se armaron entre 40 y 45 sociedades offshore en Belice, Panamá, Seychelles y distintos paraísos fiscales que están poco regulados; en general se utilizaba Belice con cuentas de banco en el Lombard Odier de Suiza, era una estructura que estaba bastante aceitada", apuntó Elaskar.

Cronología de un encuentro revelador

En el primer encuentro con Lanata, Fariña contó que manejaba mucha "plata negra" de un empresario vinculado al gobierno, al que simplemente llamaba "El Jefe". Luego el misterioso esposo de Jelinek desapareció.

Unos meses después reapareció y volvió a visitar la casa del periodista; ante las dudas que generaba la actitud impredecible de Fariña, el periodista decidió grabar la conversación y manifestó su intención de que lo mostrasen como un empresario serio y respetable, a cambio de revelar cómo era la estructura de lavado de dinero en el Estado.

En el mismo encuentro, Fariña también puso el foco en Austral Construcciones, la empresa con la que Lázaro Báez se convirtió en el mayor proveedor de obra pública de Santa Cruz.

El cierre de la historia

La cámara oculta tuvo una segunda parte hace apenas una semana, cuando Fariña volvió a verse cara a cara con Lanata.

"Yo manejé la fortuna personal de un tipo con cinco mil millones de dólares, conozco todos los negocios", comenzó el hombre asistente de Lázaro Báez.

La gravedad de la denuncia invita a una inmediata reacción de la Unidad de Información Financiera (UIF), la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la Justicia. Esta intervención múltiple es la única que podría ratificar o derrumbar lo que expuso Lanata, en un resonante retorno a la televisión.
Fuente: Clarin
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